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«La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no es un 'cártel' en busca de más beneficios, sino una asociación de Estados cuyo propósito es estabilizar el mercado mundial», dijo el ministro de Energía de Venezuela, Alvaro Silva, al comentar lo que denominó «percepción errónea» que tienen muchos ciudadanos sobre la responsabilidad de esa organización en el precio final de los productos energéticos. «El alto precio de los derivados del petróleo en Europa depende menos del coste del crudo que de la carga fiscal que aplican los distintos países, que a mi juicio es muy elevada», precisó en una rueda de prensa que ofreció ayer tras participar en los debates sobre el sector energético celebrados ayer en el hotel Son Vida de Palma organizados por Repsol-YPF.

Silva recalcó que «a nadie convienen las caídas y subidas bruscas de los precios del crudo, y desde la propia OPEP somos los primeros interesados en que el mercado se mantenga estable». Añadió que, al menos hasta final de este año, «no es previsible que se produzcan ni caídas ni elevaciones bruscas del petróleo, ya que la OPEP mantendrá su política de seguir atentamente la evolución de la demanda para evitar sorpresas».

No obstante, el ministro venezolano se mostró partidario de un ligero recorte de la producción, ya que «hay exceso de crudo en el mercado» a causa del descenso de la demanda por la desaceleración económica de Europa y Estados Unidos. «Hay suficiente crudo en los mercados, ese no es el problema, porque siempre estamos dispuestos a aumentar más la producción si es necesario. Pero los miembros de la OPEP no controlamos el refinado de los productos, y son esos países, los que encarecen el producto por exigencias ambientales, deficiencias tecnológicas y sobre todo, porque recargan demasiado, a nuestro juicio, los productos con impuestos», subrayó.