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Manuel Gómez, gerente de la Asociación de Constructores, señaló ayer que un 53-54% de las 800 empresas del sector «gravitan sobre la construcción de pisos», que es lo que afectaría la moratoria. «Si el Consell puede garantizar que el plan insular esté aprobado en un máximo de un año y ayude a los ayuntamientos para que en un máximo de 1'5-2 años estén adaptados al plan territorial de Mallorca. Y en este tiempo, se acometieran iniciativas para fomentar la rehabilitación y el esponjamiento, la obra pública, la recuperación de zonas degradadas... el sector podría aguantar sin grandes quebrantos».

Otra cosa, dijo Gómez, ocurriría con quien ya tiene el suelo y no ha podido presentar el proyecto, donde podría haber empresas que podrían soportarlo pero otras no. Gómez, quien dijo que los cupos son ilegales, criticó la inestabilidad jurídica que ofrece el Govern por sus opiniones dispares». «Es necesario saber adónde vamos» dijo Manuel Gómez, quien expuso que desde 1997 se viene pidiendo una racionalización de la construcción.

CC OO y UGT mostraron ayer su preocupación por el efecto que en el empleo puede tener la moratoria anunciada por el Consell ya que supondrá un parón en la construcción. Al mismo tiempo, acusaron a la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar, de «racismo». Eusebio Ramón, secretario de Construcción de UGT, señaló que «si a la construcción la atacamos en lugar de buscar soluciones nos podemos encontrar con tasas muy preocupantes de desempleo sobre todo tras la temporada turística». Ramón señaló que es necesario ralentizar el crecimiento pero compaginando «paisaje y la construcción de forma que se siga trabajando y no se ponga en peligro el empleo».

Unas 120.000 personas, y sus familias, viven de forma directa o indirecta de la construcción. Respecto a las declaraciones de Munar sobre su propuesta de limitar la llegada de nuevos residentes a Mallorca para evitar que se convierta en Hong-Kong, el rechazo sindical fue absoluto. «Las ideas de Munar no coinciden en nada conmigo "dijo Eusebio Ramón". Yo soy internacionalista y ella nacionalista. No hacer vivienda social para quien lo necesita es racismo puro», al tiempo que le invitó a explicar «hasta donde quiere llegar» y «matizar sus declaraciones».