Las posturas más radicales se impusieron en las dos asambleas celebradas por los trabajadores. Foto: CURRO VIERA.

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JUAN MIGUEL LÓPEZ
Ya nada remediará que la huelga persista hasta las 24.00 horas de hoy, momento en el que acaba la convocatoria. Ni los esfuerzos negociadores del Govern, por medio del president Francesc Antich y el conseller de Treball, Eberhard Grosske, ni el preacuerdo, que a regañadientes aceptó la patronal del servicio discrecional, fueron suficientes para una asamblea de trabajadores que desde la crispación rechazó en dos ocasiones las propuestas que desde el Consolat de la Mar se les habían lanzado. Una decisión que ha sido acatada por el comité de huelga, encabezado por el secretario general de CC OO en Balears, José Benedicto, y el secretario general de Transportes, Juan Ortiz, pero que ha provocado un cisma entre la dirección del sindicato y los huelguistas, ya que el comité de huelga estaba dispuesto a firmar un preacuerdo que consideraban «aceptable» y mucho mejor a cualquiera de las propuestas que había lanzado la patronal en las diversas reuniones.

En este sentido, Benedicto señaló que el comité de huelga se ha disuelto, a la espera de una asamblea de delegados en CC OO para abordar la estrategia a seguir en los próximos días. Benedicto lamentó que «en una asamblea poco democrática muchos compañeros no hayan permitido escuchar a la mayoría las propuestas del preacuerdo». Asimismo, tras la reunión, el comité de huelga señaló que no habrá nuevas negociaciones, y reconoció que ve poco factible que haya una nueva propuesta de acuerdo por parte de la patronal y el Govern.

La propuesta lanzada desde el Consolat de la Mar incluye la mayoría de las demandas de los huelguistas, como así reconoció el propio Benedicto. En primer lugar fijaba la subida salarial de los conductores en un 18% en los tres próximos años. El sueldo base del primer año sería de 160.000 pesetas, una cantidad que llegaría a 173.000 en 2003. Igualmente, el nuevo convenio, de haberse firmado, permitía la incorporación al mismo de la clase C, que hasta ahora se encontraba fuera del convenio en «una situación lamentable», según indicó Benedicto. Los conductores de autocar, además, cobrarían un plus por carga y descarga de equipaje que alcanzaría las 35.000 pesetas el presente año, 38.000 en 2002 y 40.000 en 2003. En cuanto a las horas de trabajo y a las condiciones laborales, éstas no han sido en ningún momento cuestiones trascendentales en la negociación. Tanto comité de huelga como trabajadores se mostraron conformes con la creación de una comisión que estudie el caso.

Llegado este punto, la clave de la negociación se encuentra en el rechazo por parte de los huelguistas a la propuesta de horas extraordinarias. La propuesta lanzada desde el Govern y aceptada por la patronal incrementó la crispación ya existente desde primeras horas de la mañana en el aeropuerto de Son Sant Joan. Unos huelguistas que salvo en las dos asambleas que se celebraron a lo largo del día, se mantuvieron la mayoría del tiempo en los piquetes. En la primera asamblea, los huelguistas rechazaron la primera propuesta lanzada por el Govern a lo largo de la madrugada que concedía una subida salarial del 16'6% en tres años. En dicha asamblea, los huelguistas consiguieron el compromiso del comité de huelga de que no firmaría ningún preacuerdo sin la aprobación de los trabajadores.

A lo largo de la jornada de ayer se sucedieron momentos de tensión protagonizados por los piquetes y los efectivos policiales. La Policía Nacional impidió por la mañana el intento de un grupo de cincuenta conductores de autobuses discrecionales de bloquear una de las salidas de automóviles del aeropuerto de Palma. Pasadas las 10:00 horas, efectivos de la Policía Nacional tuvieron que intervenir con determinación para que algunos trabajadores, visiblemente tensos, despejaran la citada salida. Los conductores se quejaron con gritos de la «inactividad», según CC OO, de la actuación de las fuerzas policiales en relación a la circulación de algunos coches de alquiler que están transportando a turistas, algo que según los huelguistas es «ilegal».

La corta subida de las horas extraordinarias, clave del rechazo
La corta subida del precio de las horas extraordinarias que contemplaba el preacuerdo es el principal escollo que divide a huelguistas y patronal. Los huelguistas persisten en su deseo de que la hora extraordinaria se pague, al menos, al mismo precio que la hora ordinaria, situada en la actualidad en 1.380 pesetas. La propuesta lanzada por el Govern, y aceptada en primera instancia por patronal y comité de huelga, sitúa en 1.100 pesetas las horas extraordinarias para el presente año. Sin embargo, el preacuerdo proponía una subida que alcanzara las 1.325 pesetas en el año 2003. Los huelguistas se muestran muy firmes en este punto e insistieron radicalmente en el día de ayer en que no se rendirán en su propósito.