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LL. L. Justo 41 días después de su huida, el destacado militante anarquista Héctor Pavélic ha dejado su escondite y ha decidido dar la cara con un rotundo «si me han de detener o expulsar, que lo hagan, pero no estoy dispuesto a continuar viviendo una experiencia como la que viví en mi país de origen, Chile». Pavélic está huido desde el pasado 18 de mayo, dos semanas después que se produjeran los incidentes del Primero de Mayo, cuando la organización a la que pertenece, además de reivindicar los derechos de los trabajadores, pidió que se le devolviera su patrimonio sindical expropiado en la Guerra Civil y se enfrentó en una batalla campal a la Policía Nacional.

De hecho, Pavélic recordaba ayer que «el día 18 de mayo la policía continuaba deteniendo compañeros por los incidentes y yo, después de recibir una solicitud para que me presentara en la Oficina de Extranjería para tratar unos asuntos, me fugé, comprobando después que se me había abierto un expediente de expulsión». Ahora bien, Pavélic, después de haber estado durante estos cuarenta días escondido «fuera de la Isla, al sur de la Península» y de haberse cambiado totalmente el look, aseguró ayer que «como vengo de un país donde he vivido la represión, donde he estado en un campo de concentración, haber vivido siete años en la clandestinidad y de donde salí amenazado de muerte, he decidido no continuar viviendo en un país como este, que se considera democrático, la misma experiencia, aunque aquí no me quieren matar físicamente, sino socialmente».

El destacado militante de la CNT asegura que «obligado a vivir en la clandestinidad prefiero que me expulsen y volver a vivir en Chile». Llegados a este punto Pavélic hace un ruego: «que me digan que quieren hacer conmigo». Por su parte, Pep Escudero, uno de los dos compañeros anarquistas que acompañaban ayer a Pavélic, advirtió que en el caso de que se detenga y expulse al chileno «no nos quedaremos con los brazos cruzados, saldremos a la calle y actuaremos en consecuencia, habrá represalias». En este sentido, Escudero aseguró confiar en «que no obligen a salir a movilizarnos en las calles» para protestar por lo que consideran una injusticia.