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El comisario europeo de Economía Pedro Solbes anunció ayer en su visita a Palma que el sector turístico es el que mejor está adaptado de cara a la próxima entrada del euro, así como que únicamente el 31% de las pymes europeas está preparado para la circulación de la moneda única, «por lo que las empresas deben probar de manera continua sus sistemas de adaptación antes del 1 de enero de 2002. En el caso de España, el 35% de las pymes está ya preparado, mientras que el 76% cuenta con planes para afrontar este cambio».

Solbes, que tuvo ayer una jornada maratoniana, se entrevistó por la mañana con el presidente del Govern, Francesc Antich, y el conseller Mesquida, para luego visitar la zona turística de Peguera, donde 70 comercios realizaron una experiencia práctica del uso al euro, y posteriormente participó en una comida-coloquio con el sector empresarial en el Ajuntament de Calvià. En relación con el sector turístico, Solbes auguró que será «uno de los mejores preparados para afrontar el cambio al euro y deberá tomar la delantera porque a partir de enero del próximo año los visitantes pagarán sus estancias y realizarán sus compras en euros. La nueva moneda supondrá también para el sector turístico enormes posibilidades para aquellos que sean capaces de adaptarse, así como inconvenientes para las empresas que no sean capaces, pero así es la vida».

Durante la rueda de prensa que ofreció en el Consolat de la Mar, insistió en que es muy importante que las empresas tengan «desde ya definidos y probados sus planes de adaptación, como el uso de los programas informáticos». Solbes se refirió de modo especial a las pymes porque las grandes empresas de la UE, incluidas las entidades financieras, están «prácticamente preparadas. De cara a los ciudadanos se lanzará una gran campaña a nivel europeo en el segundo semestre de este año».

Solbes recordó que la Comisión ha recomendado a los Estados miembros que promuevan que el «redondeo en las transacciones comerciales se realice de acuerdo con los criterios establecidos de las seis cifras para que no se produzca un efecto inflacionista. De hecho, se ha propuesto que esta operación se haga a la baja. Si bien es cierto que existe la tentación de subir el coste de los productos, también lo es que la competitividad es un aspecto importante porque los consumidores deben comparar precios para castigar a quien use el redondeo a su favor».