La fiesta se desarrolló en diversos escenarios, en los que sucedían cosas distintas y todas con mucho gancho.

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Ayer, 40 de mayo "día que amaneció muy a favor de quitarse el sayo" se celebró en el Parc de la Mar una gran fiesta infantil. Y decimos gran porque a medida que iban transcurriendo los minutos se iba haciendo más grande. Con más atracciones que nunca, más motivos de diversión que nunca y más niños que nunca.

La fiesta se desarrolló, como viene sucediendo desde la Rueta, en diversos escenarios, en los que sucedían cosas distintas y todas con mucho gancho. Así, en una de las entradas del espacio destinado a la fiesta nos encontrábamos con una serie de 'poneys' que aguardaban para ser montados por los más pequeños y, por turnos, llevárselos a dar una vuelta bajo la atenta mirada del monitor. Había también castillos hinchables, así como «jaulas» en las que dar saltos sobre colchonetas de espuma sin temor a lesionarse; atracciones "varias" gratuitas, como la de los toros.

Mientras tanto, la banda de tambores y cornetas de Es Pil·lari amenizaba la mañana a la vez que recibía al alcalde, a sones de trompetas y tambores; diversos payasos, muñecos, grupos musicales y de animación; en Joanet de sa Calatrava en su «bólido» ya bastante recuperado de la caída que tuvo, que le obliga a llevar el brazo en cabestrillo, pero que no por ello dejó de animar a los críos a pasar una mañana muy divertida; un cañón que lanza espuma sin parar en la que se sumergen los niños "y no tan niños" pasándoselo chupiguay; otro que lanza palomitas de maíz y a cuyo entorno se agrupan decenas de pequeños dispuestos a que no se les escape ninguna.