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Según me cuentan los dueños de Cambalache, un local donde se baila tango, y que es muy parecido a los locales de Buenos Aires de los años 40, el tango, en su aspecto más general, ya no es sólo drama, desamor, tragedia y machismo. «Con los tiempos actuales ha evolucionado notablemente. Incluso hoy es una bella historia de amor, por supuesto, sin olvidar sus matices dramáticos ni tampoco el reflejo socioeconómico que atraviesa Argentina, que no es muy halagüeño». Es también un baile para ligar y enamorar. «En Argentina tú vas a la milonga, o lugar de baile, en busca del amor. Cuando lo descubres, le miras, y si te corresponde, das la cabezada, o gesto que haces con la cabeza como diciéndole ¿bailas?, y si acepta, te acercas y le sacas a bailar. Para el argentino sería un desaire atravesar toda la pista, que le viera todo el mundo, y si la chica le decía que no, pues ¡menudo papel! De ahí lo de la mirada, seguida de la cabezada. Sirve para ir a lo seguro».

La noche estaba muy animada, con mucha gente bailando tango "o aprendiendo a bailar", entre ella la voz de Baccara, Maite Mateos, que ya se permite hacer adornos.