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La abogada Adelia Olmos lleva 26 años trabajando en favor de los inmigrantes y en estos momento reclama «un esfuerzo enorme de responsabilidad». Según afirmó ayer la inmigración es «hoy un tema de Estado, no por su número en España -que aunque ha crecido enormemente aún se mantiene por debajo de los porcentajes de la UEsino por la desinformación y las falsas expectativas que se están creando». Denunció que «de parte del Gobierno central ha habido una política confusa e irresponsable», por lo que hizo un llamamiento a la responsabilidad de todas las administraciones, asociaciones o colectivos, porque «desde 1985 hasta la fecha no ha habido diferencia en cuanto a las condiciones para obtener un permiso de trabajo».

«Desde ese año -explicólas sucesivas leyes de extranjería han recogido el principio de la protección de la situación nacional de empleo, según el cual se otorga un permiso de trabajo si no hay paro en España en la actividad de que se trata. Con lo que, con la ley en la mano se deniegan el 99% de los permisos». La actual ley penaliza a los empresarios que contratan a trabajadores sin papeles y la concesión de nuevos permisos se limita actualmente a las personas que se acogieron al proceso extraordinario de regularización que acabó el 31 de julio. Los requisitos eran demostrar que estaban en territorio español antes del 1 de junio de 1999 y haber solicitado un permiso de residencia antes del 31 de marzo de ese mismo año.

Cerca de mil expedientes de inmigrantes que no pudieron obtener sus papeles por esa única vía están siendo revisados por Delegación del Gobierno. Y no podemos olvidar, recalcó, «que nos aproximamos a la aprobación del reglamento de la ley de extranjería, prevista para junio, que pondrá fin a un periodo transitorio en el que no se han aplicado las expulsiones por trabajo o estancia ilegal». Desde ese momento, los inmigrantes que lleven tres meses y un día en España sin papeles estarán en situación ilegal y serán expulsados.

La política contradictoria del Gobierno es, a su juicio, la responsable de que los 20.000 inmigrantes sin papeles que hay en Balears no se crean que no vayan a resolver sus problemas. El resultado es una saturación enorme -ahora entran 600 expedientes por día, cuando antes se tenían algo más de 3.000 peticiones anuales-, y el personal no es capaz de atender tantos expedientes, que en su mayoría no tienen futuro.