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OLGA QUINTANILLA - MADRID
«Baleares está viviendo un intenso proceso de reformas y cambios de forma tranquila, sin estridencias pero también profundo en la acción y en las formas de gobierno». Así resumió ayer en Madrid el president Francesc Antich la realidad política actual que viven les Illes Balears en el ciclo «Madrid, punto de encuentro», convocado por el diario «ABC» en colaboración con la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.

Afirmó, en relación al pacto de gobierno, que el consenso entre las distintas fuerzas políticas «permitió pactar un programa de gobierno que se está cumpliendo con importantes reformas territoriales, sociales, ambientales y económicas» a lo que agregó que esta diversidad de ideologías «lejos de ser un inconveniente, es nuestro principal valor». En contraposición, Antich se refirió a la etapa presidida por los populares a la que calificó de «rocambolesca» e invitó al centro izquierda a seguir los pasos del «logro democrático» conseguido por el pacto del progreso.

El president del Govern también manifestó su orgullo por el «rediseño de un nuevo modelo de crecimiento en el que "según afirmó" estamos invirtiendo las tendencias de un crecimiento desequilibrado que nos conducía al colapso. Es fácil entender que si no hay un cambio de modelo estratégico vamos al colapso o dicho de otro modo, a morir de éxito». Llegados a este punto, Antich se sumergió en un repaso medioambiental donde a su entender lo que se pretende es «eliminar del diccionario turístico la palabra 'balearización' como sinónimo de destrucción de paisaje y de crecimiento irracional».

La polémica ecotasa recibió un sin número de elogios por parte del president socialista y expresó al respecto sus expectativas de restitución de paisaje, medio ambiente y calidad de los servicios turísticos». En opinión de Antich, «estamos hablando de menos de 0'9% sobre el precio del paquete medio de vacaciones en Mallorca. El pasado año los precios turísticos aumentaron más de un 10% y el mercado lo aceptó sin rechistar».

En otro orden de cosas, dijo que «Balears es una comunidad no suficientemente conocida en el conjunto de la realidad española» por lo que aprovechó para transmitir «su gran preocupación»: el mito de la riqueza en las Islas Balears. En su parecer, este hecho ha provocado «una imagen distorsionada de lo que es la realidad socioeconómica balear» y apuntó que la validez de indicadores como el PIB por habitante o el PIB regional queda cuestionada por la existencia de datos como el salario medio anual que sitúa a la comunidad balear por debajo del promedio español y por detrás de otras nueve autonomías».