José Luis Plaza y Daniel Sanz emprenden esta mañana la aventura de la expedición al Mont Blanc. Foto: J.A.

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La aventura siempre obliga al más difícil todavía. Daniel Sanz y José Luis Plaza (de 24 y 25 años respectivamente) son dos mallorquines que hoy emprenderán una expedición digna de los anales de la historia y que tiene en la cima del Mont Blanc (4.807 metros) su punto de llegada y de partida. La aventura empezará con todos los ingredientes clásicos: los dos mallorquines se embarcarán rumbo a Barcelona y después tomarán la dirección hacia Chamonix, uno de los pueblos de montaña de mayor reputación mundial y situado a las faldas del Mont Blanc, a noventa minutos en autocar de Ginebra.

Una vez allí subirán a Vall Blanc, donde tendrán el campamento base, lugar que, tras Semana Santa, se volverá intransitable. Desde allí tendrán que superar un desnivel de 2.500 metros y aclimatarse cargando material de escalada, vivac,... y snowboard. Porque la verdadera aventura empezará en la cima de la montaña blanca, desde donde estos mallorquines sin miedo se deslizarán sobre una tabla de snow hasta llegar a Chamonix, en una aventura que puede durar horas o días dependiendo del estado de la nieve y del itinerario que pasará por el impresionante Mer de Glace.

Los peligros que deberán afrontar serán desprendimientos de hielo, glaciares y también aludes. Tienen muy claro que deben de evitar cualquier caída o colisión que pueda retrasarlos varias horas. Ellos se lo toman muy tranquilamente: «Es una forma de bajar una montaña como otra cualquiera», aclaran mientras repasan su currículum montañés: «Yo empecé a escalar a los catorce años "explica Daniel". Mi padre es ha hecho montañismo. Yo he hecho mucha actividad junto a él. En cambio, él es esquiador y a mí me ha dado por el snowboard». Las diferencias entre el esquí y el snow son tangibles, además de las diferencias de los equipamientos usados también hay diferencia en su concepción, ya que el snowboard permite más libertad, como hacer surf sobre nieve.

Daniel y José Luis hace ya muchos años que se conocen y que son colegas: no sólo comparten su afición a la montaña sino que también dedican su vida profesional a lo mismo: al tratamiento de aguas. Hace algo más de un año, estos dos aventureros empezaron a adquirir buen material de escalada con tal de llevar a cabo la expedición al Mont Blanc que tendrá continuación el próximo año: «Tenemos pensado "dice Dani, un poco la voz cantante de la pareja", hacer el Elbus, en el Cáuscaso, de 5.800 metros con el mismo sistema: subir y deslizarnos en snowboard. Aunque es más alto, la montaña es más fácil, pero hemos preferido abordar primero el Mont Blanc». Hasta ahora, su rincón preferido para llevar a cabo sus exploraciones eran los Pirineos, donde los practicantes de snowboard se cuentan por miles y donde hay pistas preparadas para su práctica.