TW
0

Verónica regresará a Río Tinto
Estando el martes en Huelva, me acerqué a Río Tinto, a visitar a Blas Perdigón, padre de Verónica, la niña que está en adopcion en Palma, en casa de sus tíos. Blas, que nos recibió con su otra hija, que es más pequeña que Verónica, rubia y muy guapa, nos dijo que no entendía como en Palma su cuñada «ha armado la que ha armado con la niña, cuando sabe que ésta, tarde o temprano, tiene que volver con nosotros, que somos sus padres». Dice también que no entiende cómo la Junta de Andalucía se la quitó, «pues ni hubo malos tratos ni broncas de ningún tipo, sólo que yo estaba en la clínica, ingresado a causa de una operación en el pie "nos muestra la cicatriz", y mi mujer, que está enferma, al dejar de tomar la medicación, se puso peor». Los Perdigón viven en el barrio de La Naya, que está, según se pasa el antiguo Ayuntamiento, al fondo. Frente al bloque de ladrillo de color rojo descubrimos un descampado en el que pacen unos corderos junto a los matojos de plantas silvestres. Seguramente también en aquel lugar jugarán los niños, quién sabe si Verónica, cuando regrese en Pascua.

¿Ante el final del túnel?
El lunes por la noche, habiendo cenado en Antequera, y yendo camino hacia Cádiz, vía Sevilla, me llamó Manuel Jaén Palacios para decirme que el juicio de Joaquín, a petición de Peter Raben, su abogado, había sido aplazado hasta finales de mayo, «pues el abogado quiere conseguir una serie de pruebas con las que probar su inocencia. Ahora más que nunca estoy convencido de que vamos a ganar "a través del móvil noto su voz emocionada". En cuanto al dinero que falta, imagino que si se deciden a vender a la productora Cartel los derechos de la película que se quiere hacer sobre la vida de su hijo, y que, bajo el título provisional El Estado contra Joaquín Martínez, ha guionizado Mercedes Segovia, lo conseguirán». Intento contactar con Joaquín padre, pero no coge el teléfono en su casa de Miami. Espero hoy lograr hablar con él. Por lo demás, creo que es bueno que Raben haya pedido un nuevo aplazamiento. Seguro que anda por el buen camino, pero le falta tiempo.