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La Agencia Tributaria confirmó ayer el relevo de Antoni Miralles Bauzá al frente de la delegación de Balears, que será oficial, según la portavoz, cuando lo publique el BOE. Miralles, que llevaba siete años en el cargo, ha realizado «una magnífica labor en las Islas», dijo la portavoz, «y su sustitución sólo obedece a los cambios normales que se registran en los puestos de confianza una vez superado un número determinado de años».

Por el momento, la Agencia Tributaria no quiere hacer pública la identidad del delegado que sustituirá a Miralles, ni tampoco desveló el destino de éste, «que estará en función de sus propios deseos y los años que lleve como funcionario», precisó la portavoz. Miralles había emprendido una cerrada campaña contra el fraude fiscal en Balears, que había quedado de manifiesto en las actuaciones inspectoras, en el número de expedientes abiertos y la cantidad de dinero «negro» aflorado en los últimos años.

También, la tarea de Miralles al frente de la Agencia Tributaria estuvo marcada por el convenio-marco de actuación que firmó con el actual Govern y, en particular, con la Conselleria d'Hisenda i Pressupposts, cuyo resultado, espectacular por cierto, fue dado a conocer antes de ayer en el Parlament por el conseller Joan Mesquida.

En la última estadística relacionada con los datos de Balears, Miralles había confirmado que el fraude fiscal descubierto por Hacienda en Balears en el año 2000 ascendió a 14.552 millones de pesetas. Ello fue consecuencia de la apertura de 4.460 actas y la inspección a 1.909 contribuyentes. El fraude descubierto, no obstante, fue inferior al registrado en 1999, año en que ascendió a 16.949 millones de pesetas.