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Era una evidencia que tras la designación de Jaime Mayor Oreja como candidato a lehendakari por el Partido Popular debería producirse un nuevo nombramiento en la cartera que ocupaba. Sin embargo, todas las quinielas que se barajaban sobre su posible sustituto han fallado, víctimas de la imprevisibilidad de las decisiones del presidente del Gobierno, José María Aznar, que parece dispuesto a sorprendernos constantemente. Y, en esta ocasión, lo ha hecho con una extraña carambola que ha situado al hasta ahora presidente de la comunidad de Castilla-León al frente de la cartera de Presidencia para que el vicepresidente Mariano Rajoy ocupe el Ministerio del Interior. Es éste un departamento difícil, sin lugar a dudas, por cuanto tiene que hacer frente, además de a otras múltiples cuestiones, a la lucha contra el terrorismo. Si bien es cierto que la política de Interior puede ser continuista, se apunta al hecho de que el talante de Rajoy es más dialogante que el de Mayor Oreja, lo que podría dar lugar a nuevos matices en cuanto se refiere al problema vasco. También hay quien interpreta este nombramiento como una reforzamiento de Rajoy con vistas a la posible sustitución de Aznar cuando concluya esta legislatura, aunque también éste es un hecho imprevisible estando en manos del presidente del Gobierno.

Por otro lado, la designación de Juan José Lucas ha sido interpretada desde algunos sectores como un reconocimiento y un impulso a un hombre que sustituyó a Aznar en Castilla-León cuando éste asumió la dirección del PP.

En cualquier caso, será el tiempo y las actuaciones de ambos al frente de sus respectivos departamentos lo que nos permitirá evaluar en su justa medida el papel que éstos van a desempeñar en sus nuevos cargos.