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«Es Dijous Llarder fan bulla» reza una de las canciones que los mayores recuerdan de estas fiestas de Carnaval, antesala de la «temida» Cuaresma. Pero ayer la fiesta era de los más pequeños: imaginación y vistosidad se pusieron al servicio de las ruetes que cruzaron pueblos y ciudades de Mallorca portando alegría y risas por doquier.

· Sóller
Las escoletas de Pa amb Oli, Confits, Montaura, Mel i Sucre y la escuela infantil de L'Horta desfilaron por las calles más céntricas de Sóller contando con la ayuda de solícitos papás y mamás que ayudaban a desfilar a preciosos coches 600, flores, pingüinos, pollitos,... Pero sin lugar a dudas, la sorpresa de la tarde la pusieron los «niños» de la Residència y del Club de la Tercera Edad, que se vistieron de voluntarios de la Cruz Roja (había dos voluntarias que sobrepasaban los 100 años) y se sentaron al solecito de la plaza de la Constitució.

· Inca
Más de dos mil niños salieron dispuestos a comerse el mundo en la Rueta de Inca. Este fue, sin duda, el año de la participación récord: cuarenta y nueve comparsas y a cuál más bonita que salieron de la calle Antoni Fluxà para acabar en la Plaça Mallorca con una merienda típica de la ciudad: galletes d'oli y zumo de frutas. Jardineros, frutas, «Lacasitos», nativos de diferentes países,... desfilaron en un multicolor desfile en el que no faltó disfrazar ni a la cuerda que guía a los más pequeños.