El Observatori Astronómic de Mallorca (OAM). Foto: T.GARCIAS.

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El Observatori Astronòmic de Mallorca (OAM) presentaba ayer el Unicorn 3SSS con toda la pompa que se merece el primer proyecto en la astronomía española para la detección, medición y seguimiento de asteroides y cometas, que está integrado en una red de observatorios, siguiendo las directrices del Minor Planet Center (MPC) de la Unión Astronómica Internacional.

En esta ocasión, la presidenta del CIM y alcaldesa de Costitx, Maria Antònia Munar, no quiso faltar a la presentación, a la que también asistieron el coordinador del OAM, Jaume Nomen, y el sobrino del inventor de los telescopios Schmidt utilizados en el proyecto, Erik Schmidt, que recordó emocionado la vida de su tío.

El proyecto, dirigido por el OAM, descansa en los tres telescopios Schmidt gemelos de los observatorios de Costitx, Piera y Ametlla del Mar. Los tres aparatos, que cuentan con idénticas ópticas de 400 milímetros de diámetro, han sido construidos y renovados por Joan Guarro Flo, están dotados con cámaras detectaras CCD y coordinados entre sí bajo un software específico desarrollado por Jaume Nomen Torres.

La visión en el Unicorn Project se llevará a cabo en unas zonas que no son observadas frecuentemente por los «surveys», o programas de registro, medición y descubrimiento, internacionales que operan en la actualidad. Si durante el proyecto, iniciado con el año 2001, cada observatorio interviene un promedio de cuatro horas por noche disponible y estimando unas ochenta noches hábiles por observatorio, pueden llegar a producirse un total de 8.640 grados quadrados de cielo escaneados en el año, en un total de 26.000 imágenes dobles.

Aunque las probabilidades que un asteroide impacte sobre la Tierra son remotas, entran en la lógica. Por eso, las tareas de descubrimiento, vigilancia y control de los asteroides son muy importantes porque permiten prever los posibles peligros y ganar tiempo en vistas a poner en marcha un hipotético plan de emergencia. El principal peligro reside en que sólo se ha registrado un cinco por ciento de los asteroides que vagan por el espacio.