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P.C./N.D./S.C. Misericòrdia Ramon se abstuvo de realizar comentarios sobre la dimisión al cargo de la consellera d'Innovació i Energia que ocupaba hasta ayer, pero sus correligionarios en el Pacte de Govern se deshicieron en elogios al gesto de abandonar voluntariamente sus funciones, que calificaron de «muy valiente».

El conseller de Treball, Eberhard Grosske, dijo que a Cori Ramon «le han metido un gol por la escuadra», aunque remarcó que este Govern, «ha puesto el listón muy alto en materia de asunción de responsabilidades políticas». «Nuestro proyecto es muy serio y está por encima de las personas, por ello, ante cualquier atisbo de desgaste, es mejor cortar de raíz», indicó. Para Grosske, «la decision de Ramon es muy respetable y supone un cambio radical de talante en la historia política de esta comunidad».

El conseller de Presidència, Antoni Garcías, por su parte, explicó que aunque con el PP «eran habituales» este tipo de contratos (suscrito por Ramón y Felio Morey), el Ejecutivo balear entiende que «no se deben hacer», a pesar de que la consellera lo firmó «sin mala intención», insistió, al tiempo que destacó su gestión al frente de la cartera d'Innovació i Energia.

Garcías mantuvo que «ya nos hubiera agradado que otros gobiernos autonómicos», en directa alusión al PP, hubieran tomado «ejemplo» y actuado igualmente, al tiempo que criticó que desde la formación popular «se escandalicen, en vez de mirar lo que ellos hacían». Insistió en explicitar el «respeto y la muy buena consideración» del trabajo desarrollado por la consellera, que sirve para «reforzar» el ejemplo a los ciudadanos de «cómo se debe actuar en política».

El conseller d'Obres Públiques, Josep Antoni Ferrer, manifestó ayer que «lamenta» la dimisión de Ramon, aunque no quiso profundizar en la cuestión afirmando que «realmente desconozco los motivos de su dimisión».