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La Quarentena del Port de Palma y su dilatado historial sanitario fue uno de los temas expuestos ayer en el VI Congrés de la Societat Arqueològica Lul.liana, dedicado al patrimonio marítimo.

Parte del solar que ocuparon aquellas instalaciones, cuyos orígenes datan del siglo XVII, están ocupados en la actualidad por el Parc de la Quarentena, y el resto por bloques de apartamentos. El muro que cerraba el recinto ha permanecido intacto hasta nuestros días, pero la asociación ARCA ha advertido que podría desaparecer como consecuencia de una nueva construcción que se realiza en estos momentos en la zona.

De la función que tuvo el lazareto de Palma dieron constancia ayer en este primer congreso sobre el tema marítimo Júlia Roman Quetgles y Tòfol Arbona. «Su función consistía en revisar y aislar las personas y mercancías procedentes de puertos donde se había declarado epidemia». El sistema, aprobado por el Gran i General Consell, se estableció en 1475 y se habilitó a tal fin la torre de Paraires. A partir de 1497 se ubicó en el oratorio de Sant Nicolau de Portopí.

La construcción del Llatzaret de la Mar, propiamente dicho, se realizó en 1656 y desde entonces representó uno de los elementos más significativos de la bahía de Palma. El enclave poseía dos accesos, uno por vía marítima y otro terrestre, de los cuales se conservan las puertas que cerraban un doble muro, el cual delimitaba todo el perímetro. Dos terceras partes de las instalaciones poseían funciones sanitarias y destacaban los grandes almacenes abiertos para facilitar la ventilación. La Quarentena funcionó hasta 1855, coincidiendo su cierre con la urbanización de El Terreno. Desde entonces permaneció en desuso hasta 1942, cuando se procedió a su derribo.