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La Conselleria d'Agricultura del Govern balear está redactando una normativa que permitirá a los payeses enterrar, con las debidas medidas de prevención, a los animales que se mueran en las Islas, en vez de tener que trasladarlos hasta la Península para ser incinerados, según confirmaron fuentes del Ejecutivo autonómico.

El Gobierno central, dentro del plan de choque para controlar y erradicar la encefalopatía espongiforme, establecía que todos los animales muertos fuera de los mataderos, ya sea por causa natural o por accidente, fueran incinerados. Sin embargo ahora se plantea, de acuerdo con lo que establece el reglamento europeo de la Ley de Epizootías, modificar esta orden para la destrucción de cadáveres animales en el caso «excepcional» de las Islas.

En este contexto, según las mismas fuentes, «y dada la imposibilidad de eliminar los animales muertos mediante la incineración», el Estado permitiría la inhumación controlada de estos materiales siempre que sean enterrados «a una profundidad suficiente»; que el terreno sea adecuado y no se filtre ningún elemento «que contamine los acuíferos ni dañe al medio ambiente» y que se use un desinfectante autorizado.

Concretamente, el decreto que prepara la Conselleria se basa, también, en supuestos excepcionales, como cuando «los animales muertos o sus desechos se encuentren en un lugar de difícil acceso o se encuentren en Islas que no tengan planta transformadora de materiales específicos de riesgo».