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«El lenguaje de los médicos» es el título de la ponencia que presentará el doctor y académico numerario Alfonso Ballesteros Fernández en la apertura del curso académico 2001 de la Real Academia de Medicina de Balears, que tendrá lugar el jueves en el salón de actos de la citada corporación.

Alfonso Ballesteros explica que, en su disertación, hará referencia a las peculiaridades de este lenguaje profesional que «tiene características de jerga». El doctor realizará un repaso del léxico médico desde la época de Hipócrates hasta nuestros días, revisando las influencias de los distintos idiomas en el vocabulario médico. «Insistiré en la desproporcionada influencia que tiene el inglés en la lengua castellana, en general, y particularmente, en el lenguaje de los médicos. También "añade Ballesteros", realizo consideraciones sobre la conveniencia de cuidar el lenguaje, no por purismo, sino por razones prácticas o, incluso, económicas, ya que la unidad del español o castellano, que no tiene que ser uniformidad, es un gran bien económico para todos los hispanoparlantes».

El académico coincide en afirmar que el lenguaje de los médicos se ha hecho más popular con el paso de los años, «de ahí la consideración de jerga», afirma. Atribuye este hecho a que «se ha elevado el nivel cultural de las gentes» y señala, también, que «gracias a los medios de comunicación ha trascendido y el público, en general, emplea palabras técnicas con absoluta normalidad». Preguntado por algunos ejemplos, dice que leucemia, palabra científica de raíz griega, se ve continuamente publicada en prensa en referencia al síndrome de los Balcanes y señala que, también síndrome es una palabra médica de origen griego, que significa correr juntos, es decir, que van juntos una serie de síntomas.

En relación al fenómeno «spanglish» en el lenguaje médico, Ballesteros declara que, durante el tiempo de la hegemonía de los investigadores centroeuropeos, «el lenguaje médico era más cuidado y los neologismos se creaban buscando raíces grecolatinas; en cambio, con la hegemonía anglosajona, las nuevas palabras médicas españolas suelen ser malas traducciones literales del inglés, que incluso llegan a modificar el sentido inicial de la palabra».