Los «leñadores» posan junto a los pinos en compañía de la alcaldesa de Pollença, Francisca Ramon. Foto: E.B.

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Los pollencins acudieron ayer a la finca de Ternelles para talar el tradicional pino de Sant Antoni que izarán el próximo miércoles en la plaza. Los más osados tendrán entonces que escalarlo hasta tocar el gallo que cuelga de su punta. La madera servirá más adelante para fabricar las espadas de la fiesta de los Moros y Cristianos de Pollença. En esta ocasión habrá espadas de sobra y es que los jóvenes del municipio cortaron y pelaron ayer dos pinos en lugar de uno.

Entre risas relataban ayer en la tradicional comida en Ternelles que después de elegir y talar un ejemplar, a medida que cortaban sus ramas, se iban dando cuenta de que estaba torcido por lo que decidieron andar dos kilómetros más para talar un nuevo pino, esta vez totalmente recto, que mide 21 metros de largo. «He sido yo quien ha elegido el segundo pino», relataba entre risas el concejal de Medio Ambiente, Gabriel Cerdà. Nadie quiso confesar quién seleccionó el primero. La madera del pino que no se izará en la plaza se aprovechará para hacer foguerons y para incrementar el número de espadas de los moros y cristianos.

El próximo viernes serán los molleros quienes talen su pino, esta vez en Formentor, para realizar su particular versión del pino de Sant Antoni. La alcaldesa recordaba ayer junto a los mozos de mayor edad que en el año 87 los jóvenes ya cortaron dos pinos. En aquella ocasión fue por bravuconería. Alguien apuntó que debido a una gran nevada no se bajaría el pino y los pollencins quisieron demostrar que no sólo podían con uno, sino con dos.

El pino de Ternelles marca el inicio de un nuevo año festivo sirviendo de hilo conductor en todas las celebraciones locales. El ejemplar permanecerá en la plaza desde el 17 de enero hasta el inicio de la cuaresma, momento en que se bajará para tallar con su madera las espadas de los moros.