Un baño de hojalata con ducha incluida. Foto: M.A. CAÑELLAS.

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Nostalgia de la infancia. Así define Elisabeth Laquière su pasión por los juguetes, una afición que la ha convertido en coleccionista junto a Jacques Chevallier, su marido. Ahora, por primera vez, su colección, de unas ochocientas piezas, se vestirá de largo en Navidad. La pareja ha prestado una parte de ella para que sea exhibida junto a los belenes de las Caputxines.

En las Caputxines sólo se verán sus piezas relacionadas con la locomoción. En su casa, Elisabeth y su marido viven rodeados de muñecas de porcelana, ositos de peluche, objetos de hojalata, «barbies» y un montón de apetecibles artilugios datados entre 1850 y 1970. Comprar, vender, recorrer mercados, acudir a subastas. Así se hace una colección. «Al principio acumulas pero luego te das cuenta de que para mantener la colección tienes que revender y, con el tiempo, ya sólo adquieres piezas muy concretas», dice Elisabeth, para quien esta pasión es como «una adicción, no puedes dejarlo».

Ella y su marido hasta tuvieron que pedir un préstamo de 200.000 pesetas para adquirir un juguete. «Y privarnos de muchas cosas. Si de verdad estás enganchado tienes que revender porque, de lo contrario, no puedes seguir». El polvo se acumula en su casa. «Pero no me importa, vivo con él». Y es que se le nota que está encantada con sus «niñas», como llama a sus muñecas. El sueño de esta pareja es montar un museo en Mallorca. «Valldemossa o cerca de la Catedral» es el lugar soñado. Y es tanto su interés que Elisabeth, profesora, dice: «Hasta hice un proyecto y un curso de mujer empresaria» porque tiene claro que ha de ser una idea «rentable».

Estas fiestas todos podrán disfrutar de unos juguetes que se exponen bajo el patrocinio de Gesa, sa Nostra y el CIM, en una muestra coordinada por Aina Pascual y Jaume Llabrés. Ideas para los Reyes Magos.