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El Àrea de Governació del Ajuntament de Palma ha tomado estos días la iniciativa de potenciar el desplazamiento a la zona de Son Pardo de las prostitutas, la mayoría de origen subsahariano "en su mayoría procedentes de Nigeria" que acudían al anochecer a las Avenidas y a la Porta de Sant Antoni. La medida ha sido tomada en respuesta a las peticiones de redidentes de ambos enclaves en el sentido de que era necesario favorecer el traslado de la prostitución fuera del centro de Palma.

Para el sacerdote y escritor Jaume Santandreu esta medida no soluciona nada y, con ironía, señala: «No sé qué relación habrá visto el Ajuntament entre los caballos y las prostitutas». Santandreu considera que las personas sólo se muestran solidarias cuando un determinado problema no les toca muy de cerca. «Vemos que hay una hipocresía total, que en el fondo la gente no es solidaria. Estas noticias te quitan la fe en la gente» añade, y concluye: «Podríamos decir que a estas mujeres, de una forma u otra, las ha enviado Dios para que sean la piedra de toque de la falsedad en la que vivimos».

Para Xisca Mas, directora del Institut Balear de la Dona, este tralado «es una barbaridad, una equivocación». Mas afirma que estas chicas estarán todavía más desprotegidas, en una situación de riesgo físico, si acuden a la zona de Son Pardo. «Deberíamos asumir que hay determinadas problemáticas que hay que intentar solucionar entre todos sin estigmatizar a determinadas personas», resume.

Nicolás Tous, director del Hipòdrom de Son Pardo, prefiere no pronunciarse sobre este asunto concreto, si bien reconoce que «en la zona hay desde hace tiempo problemas de delincuencia e inseguridad». En este sentido ha pedido la colaboración de Cort y de la Policía Local para que mejore la situación en la zona.