Los pastores de estilo clásico murciano ya se exhibían en el puesto de Belenes Tano. Foto: A. ESTABÉN.

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El ambiente próximo a las fiestas navideñas ya se respiraba ayer en la Plaça d'Espanya y la Plaça Major, donde se instalaron los tradicionales mercadillos. La presidenta de la Asociación de Vendedores Ambulantes, Juana María Noguera, destacó que el popular mercadillo de Santo Tomás y Reyes permanecerá abierto al público hasta el próximo día 6 de enero.

«Éste está dedicado a determinados artículos como son los accesorios de piel, complementos de vestir, regalos, y artesanía africana. Éstos últimos con aportaciones muy interesantes. Entre nuestras inquietudes están el que la climatología acompañe y también la seguridad de los puestos y estands. Desde Cort nos han asegurado que vamos a contar con mucha vigilancia. El año pasado fue algo flojillo y esperamos que este año el público responda».

Loretta Cora, que tiene su estand de bisutería, señaló que «gracias a Dios tenemos un gran aliado en las ventas y ése es el público mallorquín. Con los extranjeros es horrible. Lo revuelven todo y no adquieren nada».

En la Plaça Major había mucha variedad de figuritas para el Belén. Desde los clásicos murcianos de barro entelado que aporta el popular Tano, a los típicos artesanos mallorquines de Andreu Isern y Antonia Campaner de s'Aranjassa. De nuevo al pie del cañón la veteranísima turronera de 83 años de edad natural de Algaida, Aina Tarongí, ofreciendo sus deliciosos turrones mallorquines. «Aquí, "señaló" no tenemos casi nada foraster». Su hija Antonia Cerdà, en cuanto a las ventas destacó: «No nos podemos quejar, porque mi madre tiene su público».