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Anoche se clausuraron los I Jocs Socioculturals de la Mediterrània que se han celebrado durante estos días en la isla de Cerdeña, concretamente en la ciudad de l'Alguer, donde una representación de cuatrocientos mallorquines han participado junto a grupos de la ciudad anfitriona, Andorra y Barakaldo.

El clima soleado permitió que la jornada de ayer fuese aprovechada por los diferentes participantes para realizar un paseo por el centro de la ciudad y para realizar algunas compras de souvenirs, siendo el coral y artículos de artesanía los objetos que predominaron en los bolsos de los mallorquines.

Mientras, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, acompañada por Carlos Secchi y por Antonio Franco Baldino, presidente provincial y alcalde, respectivamente, de Sassari y de l'Alguer, visitaron, además del centro de la ciudad, la sede el Obispado y el museo dicocesano de arte sacra. Sin duda, muchas cosas guarda l'Alguer en común con respecto a Mallorca, debido a que durante la visita de la expedición mallorquina se ha podido observar cómo algunas ovejas de la región se han visto afectada por el mal de la llengua blava. También cabe añadir que el alcalde ha afirmado que la ciudad lucha contra la escasez de agua potable. Las plazas hoteleras en toda Cerdeña alcanzan las 100.000 camas, por lo que este lugar es mucho más virgen que Mallorca. A los mallorquines que han tenido oportunidad de conocerla durante estos días les recuerda, sin duda, la Mallorca de hace treinta años.

La clausura de anoche, donde la expedición del Consell Insular ofreció la participación más numerosa, fue muy emotiva tanto por parte del público como de los diferentes representantes de los lugares participantes. El polideportivo de l'Alguer se llenó hasta la bandera de personas animando a sus papás y mamás cuando éstos realizaban la exhibición de gimnasia. Los de Mallorca realizaron diferentes coreografías y espectaculares movimientos rítmicos que levantaron en más de una ocasión a los presentes de sus asientos. Finalmente, Maria Antònia Munar, afirmó que para los juegos de 2003, Mallorca será la sede donde se reunirán las personas mayores para realizar sus peculiares juegos olímpicos. El pebetero realizado por el artista Miquel Sarasate será el símbolo de las próximas convocatorias.