Las empresas de Balears tienen un nivel alto en lo que se refiere a
su calidad global pero los empleados tienen poca capacidad de
decisión al no delegar los directivos sus funciones en ellos, según
se destaca en un informe que, sobre 14 empresas de las Islas, ha
realizado el experto mundial en temas de calidad Claus Moller. El
analista, una de las personas del mundo con más conocimiento sobre
calidad personal y de servicios, clausuró ayer la «Setmana Europea
de la Qualitat» que se ha estado celebrando en Palma con una
conferencia en la que mezcló la teoría con la práctica aplicada a
las empresas isleñas.
Moller, que aseguró que la calidad se mide, entre otros
parámetros, por la rentabilidad económica, un producto final
competitivo y una clientela satisfecha, basó su ponencia en el
aspecto de la calidad del personal de las empresas y su trato con
los clientes. «Los aspectos económicos y mercantilistas están
relativamente estudiados y se suelen aplicar continuamente pero el
futuro, en este sentido, pasa por mejorar la calidad emocional en
el trato personal, tanto entre personal de la empresa como de cara
al cliente», aseguró el experto.
La base de la teoría de Moller es mantener satisfecho al
empleado a través de la delegación de funciones y de
responsabilidades, un aspecto, este último, que también falla en
las empresas isleñas estudiadas. «Si el empleado está contento, si
hay un buen ambiente de trabajo y está motivado, rendirá más y será
beneficioso para la empresa y para el cliente. Hemos detectado que
los directivos de las empresas isleñas no suelen delegar sus
funciones en los empleados y esto crea cierto grado de frustración
ya que tienen que aceptar órdenes sólo por que vienen de un
superior», resaltó.
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