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La noche del jueves estuvimos cenando más de 700 personas en s'Alqueria en torno a los padres de Joaquín J. Martínez, quien, desde la cárcel de Oriente Road, de Tampa (Florida) habló y agradeció a los allí presentes la solidaridad que están teniendo con él, anunciando que uno de los primeros lugares que visitará en cuanto esté en libertad será Mallorca. Departió también con su madre, Sara, muy emocionada, a quien, de nuevo, rogó que transmitiera su agradecimiento a todas las gentes del archipiélago.

El acto, organizado por Manuel Jaén Palacio y la plataforma Joaquín J. Martínez que preside Pep Mellado, y presentado por Àngela Seguí y Carlos Durán, de Ultima Hora Radio, fue de lo más emotivo, y si no, que se lo pregunten a Francina Armengol, a quien en más de una ocasión estuvieron a punto de saltársele las lágrimas, especialmente cuando hablaron Joaquín y su madre.

Hay que decir que esta vez sí asistieron representantes de todas las fuerzas políticas de las Illes, olvidando por tres horas la rencillas que puedan tener entre ellos y demostrando que todos están con el preso español en una cárcel de Estados Unidos a la espera de juicio. Y es que como ya hemos repetido en numerosas ocasiones, Joaquín es un poco de todos.

En los parlamentos con los que se cerró el acto, hicieron uso de la palabra Manuel Jaén palacios, que recordó que la familia Martínez hace cinco años eran tres y ahora son, «somos», millones en todo el mundo; Joaquín Martínez padre, quien agradeció la solidaridad recibida, recordando que hay dos penas de muerte: unas constitucionales, que son las que en un momento determinado han pretendido llevar a su hijo a la silla eléctrica, y la organizada por grupos que matan a inocentes. «Ambas, entre todos, hemos de erradicarlas» y Sara, la madre, con lágrimas e los ojos, proclamó la inocencia de su hijo. Diremos que esta cena supuso, en cuanto a recaudación para la causa de Joaquín J. Martínez, unos dos millones de pesetas.