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La segunda fase del plan director (reforma) de Son Dureta está paralizada. Las obras, que fueron adjudicadas en abril por casi 11.000 millones, ya tenían que haber comenzado, pero ello no ha sucedido y no ocurrirá ya este año. La explicación de este retraso son los problemas técnicos y arquitectónicos que plantea el «edificio bisagra» que tiene que unir el pabellón general y el materno infantil. Problemas de ensamblaje (expuestos por la adjudicataria de las obra al arquitecto del proyecto) que se unen a la construcción de un edificio que se topa con el torrente, que pasa por detrás del hospital, y los pinos del Castell de Bellver.

Josep María Bonet, director general del Insalud, señaló en declaraciones a Ultima Hora que «ante todo no hay un problema financiero, no hay un problema de falta de voluntad y está clara la necesidad de estas obras». No obstante, reconoció que «es verdad que probablemente la solución arquitectónica que se está planteando es compleja y que, probablemente, no resolvería los problemas funcionales o lo que se desea para Son Dureta». «Lo que no podemos hacer tampoco "señaló" es mantener la situación en la que estamos de 'in pase'. El nuevo equipo del Insalud "el jefe de obras apenas hace quince días que ha sido nombrado" se ha sentado ya con el arquitecto del plan, con la gerencia del centro y estamos viendo la fórmula para desbloquearlo de forma inmediata».

Sobre cómo repercute este problema sobre el conjunto del proyecto, el director general del Insalud aseveró que «en este momento no lo podemos decir porque evidentemente afecta a muchas partes». Lo que se plantea es la funcionalidad de este edificio. Bonet señaló que en principio no se va a replantear el proyecto «si somos capaces de convencernos o de buscar una solución sobre el proyecto planteado. Redactar un nuevo proyecto alargaría el proceso».