Transportistas y agricultores ya se manifestaron hace unas semanas por el aumento del precio del combustible.

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Los sectores económicos más afectados por el nuevo incremento del precio de los combustibles aplicado por la empresa Repsol mostraron ayer su indignación por el perjuicio económico que supondrá para su actividad y anunciaron posibles movilizaciones si el Gobierno central no pone freno a las subidas.

De esta forma, las organizaciones agrícolas, que han visto cómo la compañía incrementaba en cinco pesetas el precio del litro de gasóleo B y lo situaba en las 87'9 pesetas, aseguraron que la situación para los payeses empieza a ser dramática. El presidente de la asociación, Fernando Dameto, planteó la posibilidad de volver a negociar con el Gobierno ya que éste, aseguró, es el que tiene la clave para bajar el precio de los combustibles imponiendo un precio político para el gasóleo profesional o cediendo en los márgenes de beneficios que obtiene con el Impuesto de Hidrocarburos.

En estos mismos términos, de esperar pero dejando claro que no descartan movilizarse, se manifestó el coordinador de Unió de Pagesos, Joan Más, quien manifestó que su prioridad actualmente es cerrar el problema de la enfermedad ovina de la «lengua azul». «Eso no quita, señaló, que estemos preocupados por las repercusiones que en la economía de los payeses puede tener esta nueva subida y que sigamos reivindicando la eliminación del impuesto específico».

Los transportistas por su parte también mostraron su indignación pero se mostraron mas cautos a la hora de hablar de protestas ya que, según Josep Payeras, de la CAEB, «lo único que conseguimos parando la actividad es perder dinero». El representante de los empresarios aseguró que, debido a la subida, es posible que se incremente el precio del transporte de mercancías, que no el de pasajeros, y abogó por rebajar costes para mantener la actividad. Los transportistas de la Pimen, por su parte, están a la espera de la mesa de negociación con Madrid que se va a celebrar.