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El Parlament abrió ayer el debate sobre el estado de la Autonomia con el discurso del president Antich, que afirmó que no quería ser victimista y finalmente fue acusado de victimista por el portavoz popular, González Ortea. Pero no importa, toda la razón asiste a Antich cuando se trata de reclamar lo que es justo. No podemos seguir siendo una de las comunidades que más aporta a las arcas del Estado y una de las que menos recibe a cambio.

En esta segunda cita con el Parlament, en el marco del debate sobre política general, Antich pudo aportar algo más que promesas y utopías. Pudo presentar realizaciones, probablemente menos de las que desearían los ciudadanos, pero hay que admitir que, en general, este Govern ha trabajado. También ha tenido sus fracasos, e incluso crisis, en algunas parcelas como Medi Ambient, Obres Públiques, Agricultura... Quienes auguraban el caos se han equivocado. Salvo en el caso de la «tractorada» de la FAGB y de la polémica ecotasa, que Antich defendió como una herramienta precisa para incorporar criterios de sostenibilidad ambiental y social, las relaciones con los sectores económicos han sido fluidas.

La educación centró buena parte de su parlamento. Destacó que la cifra de fracaso escolar en Balears es una de las más altas de España y de Europa. Sólo nos superan Ceuta y Melilla. Era sabido que Balears es una de las comunidades con menos universitarios, pero ahora nos enfrentamos con el mayor índice de fracaso escolar en todos los niveles educativos. Esto es gravísimo y exige tomar medidas. Entre ellas, un mayor esfuerzo por parte de docentes, padres y alumnos, con una más exigente Administración educativa.

En otras cuestiones pudo echarse en falta que no concretase más sus propuestas, pero ayer sólo asistimos al arranque de un debate que hoy se debe traducir en la confrontación de ideas, necesaria para definir mucho más el estado y el futuro de la Comunitat.