La mallorquina expresó con movimientos corporales la música de Bach. Foto: J.MOREY

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Amalia Llop fue una de las intervenciones más aplaudidas y esperadas en la playa de Cala Sant Vicenç, el pasado fin de semana. La música que desprendía el violoncelo de la húngara Rozsas Ibolya, que interpretó dos suites de Bach, fue escenificada por los movimientos corporales de Amalia Llop. Esta joven entregada a la danza nació en Palma hace 32 años, estudió en Barcelona, en el Instituto del Teatro; en Palma, continuó en el Conservatorio clásico, y en Alemania, además de trabajar en dos compañías, perfeccionó sus estudios en la escuela de Pina Baus.

Para el próximo mes de noviembre estrenará junto al grupo Procola una nueva coreografía en la que está trabajando de manera incansable. «Me encanta trabajar» "comenta, Amalia" «en espacios naturales, en museos y galerías de arte». Prefiere la danza teatro dentro del estilo contemporáneo. Amalia Llop confiesa que la danza, por el momento, se encuentra poco apoyada por las autoridades y entidades de la Isla.