Un momento del desfile en Barcelona. Foto: PEP ROIG.

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Los personajes de las rondalles mallorquinas de Mossèn Alcover se pasearon descaradamente por las Ramblas de Barcelona, dejando perplejos a las miles de personas que ayer al mediodía se encontraban en el singular andén central. Y eso fue posible gracias al animoso grupo de Artà, compuesto por unas setenta personas que dieron vida a las máscaras, «caparrots i dimonis», que el escultor Pere Pujol cedió para que pudiera ser realidad esta festiva embajada mallorquina en las barcelonesas Festes de la Mercè.

La comitiva mallorquina comenzó su recorrido en la nueva Rambla del Raval hacia la calle Sant Pau en donde los «Xeremiers» entonaron «Mustafá», haciendo honor a la multitud de magrebíes que residen en la zona, pero fue en la Rambla en donde «na Blancaflor», «En Toni Mig dimoni», «es Nas de dos Pams», «n'Estel d'Or», «Sa Fada de s'Hermosura del Món», «En Joanet de l'Onso» i los otros míticos personajes causaron la admiración y la sorpresa», especialmente entre aquellos que no sabían el origen de aquella divertida invasión, aunque el divertimento no lo fue para algunos de los niños que quedaron espantados ante la demoníaca presencia de los «dimonis».

Cabe destacar la actuación del grupo «Artà canta i Balla» en la Plaça de Sant Jaume i ante la Catedral. El Alcalde Monserrat Santandreu acompañó a la comitiva, lo mismo que Antoni Torrens y Jaume Cabrer, verdaderos artífices de la presencia mallorquina en estas fiestas.