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P.C./J.A./L.H./A.P./M.B./J.R. Los ciudadanos mallorquines encuestados con motivo de la Diada de Mallorca, que celebra hoy la cita histórica del 12 de septiembre de 1276, cuando Jaume II juró les Franqueses i Privilegis concedidos por su padre, el rei Jaume I, coincidieron, básicamente, al afirmar que se debe huir de las generalidades, al tiempo que expresaron la necesidad de insistir en la idea de fomentar los lazos de identidad propia.

En el lado contrario, aquellos miembros de la sociedad balear que no nacieron aquí, pero que están vinculados a las Islas, se mostraron unánimes al afirmar que los mallorquines «no son tan cerrados como reza el estereotipo habitual».

A la pregunta de si hay una realidad nacional de la Isla, la mayoría de mallorquines respondió que sí, aunque matizaron que esa realidad «debe ser difundida con más ahínco por parte de las autoridades locales». La Diada pretende recordar la figura del primer Rey de Mallorca, que para muchos mallorquines constituye, todavía, un ejemplo de constancia en el trabajo, de perseverancia y lucha por la dignidad. Estas características, precisamente, fueron las que más destacaron los encuestados mallorquines. «No somos ni tímidos ni violentos en nuestras reivindicaciones nacionalistas; al contrario, por encima de todo prima la prudencia», afirmaron algunas de las personas que respondieron a la pregunta «¿cómo ve usted a los mallorquines?».

Los ciudadanos residentes en la Isla, pero que no nacieron aquí, destacaron «el carácter reservado» como una de las principales características del mallorquín, aunque muchos matizaron que ese carácter «desaparece cuando te conocen más a fondo». Señalaron en general que el mallorquín «es muy abierto cuando te has ganado su confianza» y reiteraron que son «muy sensibles a la multiculturalidad».