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Balears es una de las comunidades autónomas del Estado español con mayor crecimiento de la población y la única cuyo número de alumnos no sólo no desciende en los últimos años, sino que aumenta por efecto de la inmigración. La necesidad de nuevas infraestructuras educativas que permitan una distribución idónea de la población escolar y, en definitiva, de mayores recursos para afrontar los requerimientos del sistema educativo balear ponen en evidencia cada año que las transferencias de educación no universitaria, desde la Administración del Estado al Govern de les Illes, vinieron mal dotadas.

Según un estudio realizado por el director general d'Economia, Antoni Monserrat, sobre las transferencias de educación en Balears, «si éstas hubieran llegado como el resto de las comunidades autónomas que las han recibido desde diciembre de 1997, Balears hubiera obtenido entre 47.000 y 115.000 millones, o si se prefiere, en términos de media, unos 82.000 millones».

Antoni Monserrat recuerda que «la comparación de un gasto social para poder ser correctamente comparado con otros territorios debe realizarse sobre la base del peso que representa sobre el Producto Interior Bruto, dicho en otros términos, el dinero que se gasta una colectividad en proporción a la riqueza que genera». Teniendo en cuenta esto, el director general d'Economia dice que si observamos las diez comunidades autónomas que han asumido las transferencias de educación no universitaria desde diciembre de 1997, Balears recibió algo más de 40.000 millones de pesetas.

«Si cruzamos estos datos con el PIB, obtenemos un cuadro que no podemos calificar más que de deprimente, ya que nuestra comunidad recibió el equivalente al 1'7%, mientras que el conjunto del total de transferencias se situaba un 56% por encima, concretamente el 2'7%», señala Monserrat en su estudio, el cual formará parte de la documentación que el conseller d'Educació i Cultura, Damià Pons, aportará al Ministerio de Educación y Cultura.