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La noche palmesana se tiñó ayer por la noche de color y fuego. Con motivo de las Festes de la Mare de Déu de la Salut, se celebró un correfoc que transcurrió desde ses Voltes al Parc de la Mar con menos presencia de público que en otras ocasiones (unas quinientas personas). La actuación pirotécnica corrió a cargo del grupo mallorquín Llaüt de Carrer y del tarraconense Diables Foc i Flama.

El espectáculo comenzó con un poco de retraso sobre el horario previsto. Los componentes de los dos grupos iniciaron una larga serie de malabarismos. Las bengalas, antorchas y demás instrumentos incendiarios encendieron el ánimo de los centenares de asistentes, que se implicaron plenamente ante la provocación de los dimonis. Por unos instantes, parecía como si se hubiera desatado una batalla campal encaminada a triunfar en el camino hacia el infierno.

La sorpresa de la noche la pusieron unos dimonis que, sin miedo al agua, cruzaron el Parc de la Mar en unas motos acuáticas para quemar unos diablillos simulados en el mismo centro del estanque. El público asistente aplaudió merecidamente el espectáculo vivido.

Con la extinción de las llamas, las tonalidades rojizas, naranjas y amarillas dieron paso a la oscuridad propia de la noche. Eso sí, el aroma a dinamita permaneció en el ambiente. Era un indicio de que por allí habían luchado varios diablillos.