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El president del Govern, Francesc Antich, considera imprescindible «reducir en algunos tramos la velocidad máxima permitida en función de la fluidez del tráfico y de la peligrosidad de las carreteras». El Govern mantendrá contactos con la Dirección de Tráfico para decidir las zonas donde será obligatorio conducir más despacio en el futuro.

El Pla de Transports del Govern persigue «garantizar equitativamente la movilidad a todos los ciudadanos, con buenas condiciones de seguridad, y con el menor impacto ambiental posible». Entre las medidas de este plan, que ayer fue presentado por el president Antich y por Maria Antònia Munar, presidenta del Consell, se incluye «asegurar la fluidez de tráfico, moderar la velocidad y mejorar la señalización y el mantenimiento». En este sentido, Antich reiteró que la voluntad del Govern es «no construir más autopistas porque supondría más accidentes».

El Pla de Transports prevé que las actuaciones en relación al nuevo diseño de carreteras contemplen corredores de servicios. Para ello, el desarrollo de la red viaria de Balears se basará en un profundo cambio en el concepto de la estructura y tipología de las carreteras, elaborada en función de las características propias de las Islas. «La construcción de autopistas es un concepto anticuado», planteó durante la presentación del plan Antonio Estevan, asesor de la Conselleria d'Obres Públiques, quien comentó que el Govern quiere imitar el modelo de infraestructuras que se aplica ya en los países del norte de Europa.

El Ejecutivo reiteró su voluntad de concluir a finales del año 2002 la nueva carretera de acceso a la Universitat, y recordó que se ha convocado un concurso de proyecto y obra de la glorieta de Santa Ponça, que estará también terminada dentro de dos años.