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El hundimiento del submarino ruso «Kursk» tiene un precedente histórico en aguas de Mallorca, en parecidas circunstancias. Se trata del naufragio que sufrió el submarino «C-4» de la Armada española el día 26 de julio de 1946. Un suceso que los últimos acontecimientos traen ahora a la memoria.

Desde la Estación Naval de Sóller habían zarpado varias unidades para realizar unos ejercicios navales. Por entonces la rada de la costa de Tramontana aún representaba un vital punto estratégico. Tres submarinos («C-2», «C-4» y «General Sanjurjo») y tres destructores («Churruca», «Lepanto» y «Alcalá Galiano») se encuentran de maniobras cuando se produce la tragedia. Desastre recogido en su momento por Ultima Hora cuya crónica detallaba: «Durante la celebración de los ejercicios, la tripulación del Lepanto observó como de repente emergía bajo la proa del destructor la proa del submarino, que emergía a la superficie a gran velocidad.

La colisión fue muy violenta. El cañón del submarino atravesó la coraza por babor, colisionando a continuación la torreta. Como parece que en aquellos lugares pasa de 200 metros la profundidad, la pérdida del submarino fue irremediable». El naufragio tuvo lugar a 13 millas del Port de Sóller, entre el Morro de sa Vaca y el Morro d'en Llobera. Un error en la maniobra de emersión al considerar sobrepasado el rumbo del destructor por popa, ocasionó el fatal abordaje por proa. La violencia del encontronazo provocó el inmediato hundimiento del submarino, sin que pudiera realizarse ninguna operación de salvamento. En cuestión de segundos su estructura de acero se hundió para siempre en las profundidades.