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El concejal Urbanismo de Palma, Rafael Vidal, presentó ayer el plan de color elaborado para las fachadas del casco antiguo de la ciudad, al que deberá ajustarse cualquier proyecto de rehabilitación de ahora en adelante. Este estudio tenía como fin determinar cuáles eran los colores autóctonos de la arquitectura de la ciudad antigua. Para ello se han efectuado catas en edificios representativos del centro hasta localizar la pigmentación más primitiva de la que hubiera algún resto. De este modo se ha elaborado la gama cromática del centro, que incluye básicamente los colores tierra. Curiosamente, la carta no incluye el azul, pese a que éste color se ha empleado en los últimos años en bastantes rehabilitaciones del Puig de Sant Pere.

El estudio se realizó en virtud a un convenio firmado entre el Cort y las empresas Akzo Nobel Coatings S.A. (Pinturas Procolor) y Mastik, bajo la dirección de un Patronat Municipal de l'Habitatge y un equipo de técnicos constituido por los arquitectos Xisco Pizá y María José Duch y el químico Manuel Carbonell, con la ayuda los laboratorios de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Cualquier rehabilitación, cuente o no con subvención institucional, deberá respetar esta gama de colores que armonizan con el entorno y que serán los únicos válidos para la Comisión de Centro Histórico. El plan de color incluye también una parte dedicada a las técnicas de rehabilitación, donde se especifican las posibilidades de actuación en función de los materiales existentes en cada fachada y sus grados de alteración. De momento se ha rehabilitado el 25 por ciento de las fachadas del centro histórico, un trabajo que se inició en el año 1988, por lo que resta aún un 75 por ciento.