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Un catedrático de la Universitat de les Illes Balears ha puesto de relieve que la población de las Islas alcanzará el millón de habitantes en el año 2005, aunque esta cifra podría alcanzarse incluso antes. Esto supone un incremento de unas 200.000 personas aproximadamente con respecto a la población actual. Y todo ello al margen de los turistas que nos visitan de forma temporal.

Esta previsión de crecimiento debería obligarnos a reflexionar muy seriamente sobre la disponibilidad de recursos y sobre las infraestructuras y servicios de nuestra comunidad, ya que es evidente que no sólo deben ser subsanadas las carencias actuales, sino que, además, hay que actuar con la previsión suficiente para contar con los medios necesarios de cara al futuro. No podemos afrontar este futuro próximo que se encuentra a la vuelta de la esquina con constantes apagones y cortes en el suministro eléctrico, ni tampoco con la espada de Damocles de la carencia de agua, ni con una evidente saturación de importantes carreteras.

En resumen, los problemas actuales deben ser resueltos en un plazo de tiempo razonable. Y, además de todo esto, van a hacer falta más inversiones para hacer frente a las necesidades educativas o sanitarias. Y, también, naturalmente, a las de los inmigrantes que se van incorporando día a día a nuestra sociedad.

Ese incremento de la población de Balears nos va a obligar a que desde las instituciones públicas se cuente con la suficiente amplitud de miras y con una visión que no sólo esté encaminada al electoralismo, sino a resolver de verdad los problemas que se presenten. Es, sin duda, todo un reto en el que debemos implicarnos todos desde la responsabilidad y el diálogo.