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Planas Montanyà quiso inmortalizar con su cámara fotográfica a los tamborers de la Sala, figuras típicas e irremplazables en los acontecimientos públicos de la ciudad.

De esta agrupación de carácter municipal se desconoce el origen, pero parece que éste se remonta a las antiguas milicias. La primera noticia documentada que de ellos tenemos data de 1529, año en el que consta el nombramiento, por parte de los jurados de Palma, de dos tamborers con la asignación anual de un ducado y medio cada uno. En 1601 se creó la plaza de tamborer major y del tamborer mestre, que instruía a futuros músicos. Los Jurats de Mallorca fundaron este grupo para disponer de tambores en su milicia armada, aunque siempre ocuparon un lugar preferente en cortejos, procesiones y cabalgatas.

Los palmesanos reconocen desde remotas generaciones a los tamborers de la Sala por sus añejos uniformes. La actual vestimenta data del siglo XIX y fue implantada por el marqués del Palmer. El uniforme consta de pechera blanca con chorrera, chaleco y calzones de paño encarnado. Se complementa con un gabán azul con charreteras y bocamangas rojas, medias rojas y zapatos negros. La gorra es azul con cintas radiales rojas. Este atuendo fue pensado para los días de gran gala, pero fue el único que lucieron en los últimos tiempos. A Planas Montanyà le atrae, sobre todo, la figura del director del grupo, porque se distingue con su hermoso gabán con tiras amarillas y un bicornio de la época de Carlos IV. Es además un personaje de gran empaque que muestra su espadín de paseo y el bastón de mando que le confiere un puesto privilegiado en la jerarquía de tamborers. En los últimos años se ha ido reduciendo, por desgracia, su presencia en los actos municipales, pero, en los años en que se tomó esta fotografía, los tamborers estaban presentes en todos los acontecimientos y celebraciones a las que acudía el alcalde de Palma. Hoy, si así fuera, quedarían exhaustos. l Eugenia Planas