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El Colegio de Aparejadores de Mallorca ha visado durante el primer trimestre de este año un total de 3.792 viviendas nuevas en la Isla (3.340 el pasado año), registrándose un incremento de un 20 por ciento en lo que concierne a las viviendas adosadas. El presidente de los aparejadores, Jaume Gibert, puntualiza que pese al número elevado de visados «hay que dejar claro que estadísticamente únicamente se ejecutan el 70 por ciento de las viviendas visadas por el Colegio de Aparejadores de Mallorca y que las mismas no tienen fijada ahora la fecha de construcción. No obstante, este aumento global en el número de visados ratifica la continuidad de la presión urbanizadora en la Isla, en concreto en los municipios limítrofes con Palma».

Gibert constata el hecho de que haya crecido el número de visados en las viviendas plurifamiliares, de 2.436 visados a los 2.841 contabilizados en el acumulado enero-marzo de 2000. En lo que llevamos de ejercicio económico, la presión urbanística se está centrando en los municipios limítrofes con Palma «porque en el municipio palmesano no se están creando superficies urbanizables al existir una tendencia restrictiva. Esto justifica el incremento de visados en otras zonas, principalmente en Marratxí, Calvià (Cas Català), Bunyola (Palmanyola), Algaida, Manacor y Capdepera».

La explicación que da el Colegio de Aparejadores de Mallorca para justificar esta evolución del número de visados se fundamenta en la excelente coyuntura económica por la que atraviesa la Isla, «que tiene en el sector de la construcción el termómetro para confirmar el momento de bonanza o crisis económica. Estamos en un momento de crecimiento sostenido e inmersos en un ciclo de bonanza cuyo fin todavía no se vislumbra», añade Jaume Gibert.