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Llucmajor fue ayer, por primera vez, el punto de partida de la XIV Romeria de sor Francinaina. Más de quince carros, galeras, caballos, cabrioles y ponis y numerosos llumajorers se concentraron a las 7 de la mañana en el Restaurante s'Olivera, donde disfrutaron de una chocolatada ofrecida por el Ajuntament. Posteriormente, partieron hacia Ollerias, pasando por la Plaça d'Espanya y recorriendo el Camí del Cementeri. Allí se produjo el encuentro entre los participantes de Llucmajor y los de Casablanca, y tras el tradicional pa i taleca se reanudó la marcha hasta Sencelles.

El pueblo de Sencelles esperó con expectación la llegada de los carros, carretas y caballos, que entraron precedidos por los Cornets de s'Arenal. La llegada se produjo por las calles principales de Sencelles hasta la calle Sor Francinaina Cirer, por donde desfilaron los participantes en la romería.

Carros y tractores adornados con flores y hojas de palmera, caballos engalonados y jinetes lucieron para la ocasión los atavíos tradicionales. El numerosísimo público congregado en Sencelles recibió con grandes aplausos a la comitiva.

Más tarde, se celebró una misa en honor a Sor Francinaina y, después de terminar el oficio, los llumajorers se reunieron en el polideportivo de Sencelles, donde degustaron una paella, patrocinada por el Ajuntament de Llucmajor y cuya preparación corrió a cargo de Amics de les Bísties. La paella, para 300 personas, fue preparada por Andreu Gelabert, Sebastián Sampol y Toni Amengual.

El alcalde de Llucmajor, Lluc Tomàs, y el regidor de Agricultura y Medio Ambiente también participaron en la romería.