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La «tractorada» convocada por la patronal FAGB finalizó, por sorpresa, en el aeropuerto de Palma y con un tapón monumental en la autopista de Llevant, a la altura del desvío a Son Sant Joan. Los manifestantes de la protesta contra el Govern habían eludido confirmar si, finalmente, se iban a dirigir al aeropuerto como acto final de la jornada, precisamente, con el objetivo de no dar pistas a las fuerzas del orden. «Les aconsejo que no se vayan después de que entregue el comunicado en el Consolat de la Mar», había avisado el presidente de la FAGB, Fernando Dameto. Y, efectivamente, los tractores enfilaron rumbo a la autopista de Inca y detuvieron su marcha en la salida al aeropuerto. El atasco, que duró unos 20 minutos aproximadamente, enfureció a los conductores, que abandonaron sus coches para exigir explicaciones a los miembros de la policía que estaban allí, pero que se abstenían de actuar.

En unos momentos de creciente tensión, los organizadores de la «tractorada» aceptaron desbloquear la autopista, a condición de que les dejaran desfilar por el aeropuerto, sin detenerse un momento ante el edificio central aeroportuario. Los turistas que en ese momento se encontraban en Son Sant Joan no salían de su asombro al observar la ruidosa y original protesta. No entendían nada de lo que estaba ocurriendo y muchos dejaron en el suelo sus equipajes para seguir la caravana de tractores. Tal y cómo habían prometido, los conductores pasaron de largo por el aeropuerto, sin comprometer para nada el tráfico de pasajeros ni de ocasionar ni una sola molestia a los autobuses y taxis que esperaban a los pasajeros.