Los tractores «tomaron» ayer el Passeig Marítim en señal de protesta de la patronal FAGB contra la política agraria de Francesc Antich.

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Los 500 metros que separan la sede de GESA del Consolat de la Mar se llenaron ayer con 110 tractores y enardecidos grupos de personas convocados por la FAGB en la primera gran manifestación del agro balear contra un Govern desde 1987. El Passeig Marítim de Palma adquirió una imagen inusual, con un carro empujado por dos bueyes, seguido por la espectacular «tractorada», a los sones del pitido ensordecedor de los cláxones y las consignas lanzadas a través de un megáfono.

«Hotelers escoltau, aquí esta el mon rural»; «No volem subvencions, volem solucions»; «Quatre illes, un país, cap pagès»; «Rosselló, veste'n a liorna, que qui hi va no torna»; «A sa política de'n Antich només hi canta es ropit»; «Mayol, amb tu ja no plou» y «Més solucions i manco reunions», fueron algunas de las frases más escuchadas de la jornada. El momento más crítico de la mañana se vivió a las 12.30 horas, aproximadamente, cuando los manifestantes pudieron comprobar con sus propios ojos que ni Antich ni ningún miembro de su Gabinete les iba a recibir. Las protestas subieron de tono cuando el presidente de la FAGB, Fernando Dameto, entregó un comunicado con las reivindicaciones del sector al jefe de protocolo del Govern, Alberto Candela. «Antich, dimisión», «Éste es un insulto para Mallorca», «Mayol, vete», corearon los manifestantes. Mientras tanto, empezaron a llover naranjas como improvisados proyectiles, se derramaron decenas de litros de leche y kilos de almendras.

Los manifestantes, que detuvieron sus tractores frente al Consolat de la Mar, tras concentrarlos en GESA a partir de las 11 de la mañana, esgrimían pancartas en las que se leía: «Por nuestra supervivencia» y se criticaba al Govern por la adquisición de las fincas de Albarca y Es Verger «y luego no tiene dinero para pagar a los ganaderos». Los participantes, en lo que se ha denominado «tractorada» y cuyo número oscilaba entre los 2.700 según, fuentes policiales, y 7.000 según la organización, profirieron gritos contra la política agraria del Govern, culparon al conseller de Agricultura de la ausencia de lluvia y pidieron la dimisión de la consellera de Medi Ambient.

Antich ya había anunciado con anterioridad su intención de no recibir a quienes, unos días antes, no habían acudido a la audiencia prevista con una delegación de la FAGB, hecho que el Ejecutivo interpretó como ruptura unilateral del diálogo.