Grosske, Antich, Sampol y Rosselló quieren evitar que la crisis de Eivissa llegue a Palma.

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J.MESTRE/N.DOMBLÀS
Los partidos del Pacte de Progrés coincidieron ayer en pronosticar que la crisis del Consell Insular d'Eivissa i Formentera por la destitución de Joan Buades no va a afectar a la estabilidad del Govern balear. El Govern necesita el voto de Buades en el Parlament para poder sacar adelante todos sus proyectos, aunque si el diputado «verde» decidiese radicalizar sus posturas y desmarcarse del Govern los partidos del Pacte de Progrés tampoco perderían la mayoría absoluta.

La crisis de las Pitiüses fue valorada ayer mismo por el president del Govern, Francesc Antich, quien subrayó que él también haría lo mismo que Pilar Costa si se encontrase en una situación similar. «Si en un momento dado este president cree necesario que para el mejor funcionamiento del Govern, alguien tiene que dejar su cargo, lo hará, y en ese caso se tomarán las decisiones oportunas para que sea así», opinó Antich. No obstante, el president se mostró tranquilo ante la actitud que pueda adoptar Buades en el Parlament, donde el diputado «verde» ocupa el cargo de secretario primero de la Mesa. «Buades ha manifestado a Pilar Costa que seguirá apoyando, aunque desde fuera, las políticas que se hagan en el Consell y también en el Govern. Será un apoyo crítico», pronosticó el president. Antich volvió a reiterar que no tiene intención de realizar una remodelación en el Govern, al menos de momento. Desde algunos sectores se ha pronosticado que la crisis de Eivissa puede provocar una inminente crisis en el Govern, una posibilidad que Antich negó de manera tajante. Al contrario, Antich cree que «no tiene nada que ver lo que ha pasado en Eivissa con el Govern», y pidió un esfuerzo para «vencer las posibles discrepancias que puedan existir en la interpretación de algunos de los temas del pacto».