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La ciudad de Inca celebró ayer el Día del Libro. Hubo de todo, desde las últimas novedades editoriales hasta libros de coleccionista.
Los libreros del municipio mostraron a lo largo del la calle Major sus mejores títulos, sin dejar de lado la típica rosa de esta fiesta.
Más de 2.000 niños se dieron cita por la mañana en la Plaça d'Espanya para participar en una fiesta infantil amenizada por el grupo Cucorba.
Después, todos los escolares se desplazaron a los puestos para ver qué libro podían adquirir con su paga. Uno de los niños comentó que «lo malo de este día es que la maestra nos obliga a hacer un comentario de texto del libro que nos compremos».

Otros escolares, aparte de comprarse algo para ellos, también pensaron en sus padres. Un chico de unos diez años explicaba que había comprado un libro de cocina para su padre, para que aprendiera a cocinar. Otro de los hechos curiosos es que las rosas, que se daban junto con los libros, sirvieron como prueba de amor de algunos chicos para sus novias.