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El funcionario del presunto espionaje informático trabajaba en el despacho situado junto al que utilizaba el ex presidente Matas. Este trabajador ocupaba una de las dos mesas situadas en el salón previo al despacho del president Matas, donde presuntamente llegaban las copias de los e-mail que enviaba o recibía el ex presidente de la Comisión Insular de Urbanismo, Francesc Quetglas. El propio Matas confirmó ayer que dicho funcionario trabajaba en el equipo del gabinete de Presidència, aunque reiteró que en ningún momento se manejaron mensajes enviados por Quetglas. El ordenador que se utilizaba ya no se encuentra en Presidència, aunque el correo electrónico siguió operativo hasta hace pocos días. El Govern no sabe dónde está actualmente el ordenador, y tampoco tiene constancia del número de los mensajes destinados a Quetglas que se pudieron abrir en la terminal situada en el gabinete de Presidència.

Sobre este asunto, el consejero delegado de Bitel, Enrique Adán, tiene intención de convocar al consejo de administración, posiblemente hoy mismo, para dar cuenta de la polémica generada ante el posible caso de espionaje informático. Adán rechazó dar explicaciones a este periódico ante la posibilidad de que la propia Bitel decidiese desviar el correo electrónico de Quetglas al despacho contiguo al de Jaume Matas. El president Francesc Antich reiteró ayer que «lo que está claro es que se desviaba información», y no decartó que hubiese más manipulaciones de correos electrónicos como el detectado en el caso de Francesc Quetglas.