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Esta semana, Mallorca recordará la revolución económica y social que supuso la puesta en marcha del ferrocarril en la Isla. El próximo día 24 se cumplirá el 125 aniversario de la inauguración de la línea Palma-Inca y son numerosas las iniciativas que recordarán el evento. Este año, incluso el Grup Filatèlic de Palma ha decidido retrasar un mes su tradicional exposición, 'Exfilpalma', para hacerla coincidir con el 125 aniversario del tren en Mallorca y dedicarla a este acontecimiento. Desde ayer y hasta el próximo 26 de febrero, el Casal Balaguer albergará una interesante exposición que evidencia que la historia del ferrocarril y la del correo postal han transcurrido casi de forma paralela. Los más de 78 cuadros que componen la exposición muestran postales, cartas, sellos y matasellos especiales de las oficinas ambulantes que se instalaron en los trenes. El matasello más antiguo es de 1892, de la oficina ambulante de la línea Palma-Inca, y el más moderno es de 1990, del tren de Sóller.

Joan Estelrich, presidente del Grup Filatèlic de Palma, destacó la calidad de la exposición, en la que han participado todos los grupos filatélicos de Balears y también de Barcelona y Madrid.

Además, Andreu Carles López, secretario de la entidad, ha publicado un artículo de investigación del transporte del correo por la red ferroviaria en el siglo XIX. El ferrocarril Palma-Inca se inauguró en 1875, y casi al mismo tiempo se inició el transporte de la correspondencia en el tren. Todas las líneas del ferrocarril que funcionaron en Mallorca contaban con una especie de oficina, que entonces recibía el nombre de ambulante, y cada una tenía su matasello.

En los años cincuenta, con la progresiva decadencia de los ferrocarriles mallorquines, Correos opta por el transporte por carretera. El servicio ambulante del tren de Sóller fue el último en desaparecer, tras una larga agonía en los años 90.