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El «Ciudad de Ibiza» ya no volverá a reflejarse en nuestras aguas, ya no hará acto de presencia fondeando en la bahía. Su recuerdo restará en las imágenes atrapadas en el tiempo y en las evocaciones de aquellos pasajeros que, a bordo del mismo, agitaron sus manos en señal de despedida, como un daguerrotipo de la vida misma.

Despedimos en 1977 al que, construido en 1929 en Dinamarca, con un desplazamiento de 3.818 toneladas, eslora de 98'9 metros y dos motores con 4000 C.V., podía alojar a doscientos sesenta pasajeros en camarote. Fue creado para la naviera DFDS con el nombre de «Ebsjerg» en una serie de cuatro unidades para cubrir el servicio entre el país escandinavo y Gran Bretaña. Incautado por los alemanes en mil novecientos cuarenta, fue transformado en transporte de tropas y buque hospital en el Báltico y Mar del Norte. Según nos narra Gabriel Alomar, de vuelta a Dinamarca chocó con una mina submarina el veinticinco de agosto del año cuarenta y cinco, hundiéndose en el Báltico a veinticuatro metros de profundidad.

En el año mil novecientos cuarenta y seis fue puesto a flote y llevado a Copenhague, donde fue sometido a una inspección para gestionar su venta a Trasmediterránea. Fue adquirido finalmente al año siguiente por veintiséis mil libras esterlinas, equivalentes entonces a un millón y medio de pesetas. En los astilleros de Unión Naval de Levante (Valencia) fue completamente reconstruido tras una inversión superior a los cuarenta y dos millones de pesetas. En 1949 se entregó a la Tras con el nombre de «Ciudad de Ibiza» para cubrir la línea Palma-Valencia con escala en Eivissa. Durante los años posteriores realizó servicios secundarios. Desde 1965 fue destinado a la línea Palma-Alicante con tres viajes semanales y de Eivissa a Barcelona o Barcelona-Maó. En el año 1977 fue amarrado en el muelle de Portopí y dado de baja para su posterior desguace. Ahora, el «Ciudad de Ibiza» ya no existe.