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Don Juan Carlos asistió ayer en los astilleros Bazán de San Fernando (Cádiz) a la botadura del nuevo yate Fortuna, embarcación que podrá disfrutar el Monarca durante el verano en Mallorca y que será entregada a Patrimonio Nacional. El yate fue puesto a flote por primera vez para comprobar su estanqueidad y su estabilidad después de que culminaran los trabajos en el taller de obra. Gris, con una línea transversal azul.

Así es la nueva embarcación que utilizará la Familia Real y cuya construcción se ha llevado a cabo por encargo de la Fundación Turística y Cultural de les Illes Balears (integrada por un grupo de empresarios, que aportan cerca de 3.000 millones de pesetas). Los viajes de Su Majestad a la factoría de Bazán-San Fernando se han sucedido en el transcurso de las obras de la embarcación. En una de sus últimas visitas "y según afirma el Diario de Cádiz" el Rey acudió a supervisar la construcción del yate en compañía de la reina Doña Sofía.

El nuevo «Fortuna» cuenta con un casco de aluminio, más de cuarenta metros de eslora y podría alcanzar una velocidad de 130 kilómetros por hora (setenta nudos). La embarcación ha sido dotada de unos modernos y sofisticados sistemas de comunicación. Don Juan Carlos fue testigo ayer por la mañana de las pruebas realizadas al Fortuna en el agua. Se inició la fase de pruebas de estanqueidad, estabilidad y potencia de motores, entre otras.