L'Associació d'Amics del Arxiduc lleva cuatro años intentando que el actor autorice la reforma. Foto: R.D.

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La Associació Amics de l'Arxiduc, derrochando esfuerzo por mantener en perfecto estado una de las mayores obras en la Isla del arxiduc Lluís Salvador, espera desde hace cuatro años la contestación del propietario de s'Estaca, Michael Douglas, para iniciar la reconstrucción de la capilla del beato Ramon Llull, ubicada en la propiedad del actor norteamericano y adquirida hace años a a la anterior propietaria, Isabel Cilimingras, vecina de Valldemossa.

Dicha capilla fue destrozada por un rayo en 1974 y partida por la mitad, dejándola inservible y derruida. Debido al gran cariño que el Arxiduc tenía por Ramon Llull, mandó contruir esta capilla-mirador al arquitecto checo Federic Wachsman en 1876. Doña Isabel no recibió ayudas económicas de entidades, instituciones y asociaciones para su restauración. Años más tarde la finca de s'Estaca fue adquirida por Michael Douglas y Diandra.

Desde 1996 los responsables de la Associació Amics de l'Arxiduc han intentado ponerse en contacto con Douglas para pedir permiso. Lo hicieron a través de su abogado, Gabriel Feliu, en noviembre del 96. En octubre de 1998, y ante la falta de contestación, se lo comunicaron en audiencia al entonces president del Govern balear, Jaume Matas. Cualquier intento ha sido en vano. Los proyectos y planos para la restauración están preparados, así como el dinero para cubrir los costes. La restauración dudaría aproximadamente un año y costaría alrededor de 166 millones de pesetas.

La capilla de s'Estaca, de estilo románico, tiene un camino de acceso, el cual, también, habría que reformar. Los materiales tendrían que ser transportados hasta la capilla-mirador en helicóptero debido a su complicada situación, encima de una pequeña colina desde donde se contempla sa Foradada. Además de la restauración de la capilla se instalaría una cruz de hierro forjado en la parte superior de la cúpula y una barandilla exterior perimetral en hierro.

La escultura del beato Ramón Llull, que fue construida en mármol de Carrara, guardada en la actualidad por Isabel Cilimingras, también sufrió daños, y los dedos de los pies, la punta de la nariz, un pergamino en la mano izquierda y una pluma de ave en la mano derecha se podrían reparar.